
Día 8 | La Madre de Jesús: "No rechaces nada"
Levanta mi alma: 15 días de oración con Santa Isabel Ana Seton
Santa Isabel Ana Seton creció anhelando el amor de una madre. Su propia madre murió cuando ella tenía sólo tres años. La relación con su madrastra fue complicada y terminó cuando el segundo matrimonio de su padre acabó en separación. Más tarde, durante sus primeros años de matrimonio, Elizabeth echó de menos tener una madre a la que acudir en busca de ayuda y consejo. En las semanas que siguieron a la pérdida de su marido, su anhelo de consuelo materno creció aún más.
Por eso, Dios le dio a su propia madre, María.
Identificarse con el dolor de María
Cuando Isabel viajó por Italia con la familia Filicchi, las imágenes de María que encontró la impresionaron profundamente. El sufrimiento escrito en el rostro de María al pie de la cruz era un sufrimiento con el que Isabel podía identificarse. Contemplando una imagen de María sosteniendo a su Hijo muerto, Isabel reflexionó que "parece como si sus dolores hubieran caído sobre ella".
El vínculo de parentesco en el sufrimiento que Isabel sentía con la Santísima Virgen se hizo más fuerte a medida que luchaba con su propio dolor. Un día, en lo que Isabel describió como un "momento de excesiva angustia", encontró la famosa oración de San Bernardo de Claraval, la Memorare. Isabel lo rezó, creyendo "que Dios seguramente no le negaría nada a su Madre".
Aquel día, Isabel sintió que tenía a la madre que "mi insensato corazón tantas veces lamentó haber perdido en sus primeros días". Y esa noche, "lloré hasta quedarme dormida sobre su pecho".
Interceder por nosotros
Durante el resto de su vida, Isabel se aferró a esa Madre, tomando "María" como nombre de confirmación. Vio a María como la "Madre de nuestra redención", cuya fiat hizo posible la Encarnación y todos los acontecimientos salvíficos que siguieron. También estaba segura de que confiando sus oraciones a María, Jesús las respondería más fácilmente.pues "si [María] no es escuchada, ¿quién lo será?".
"Si María no es escuchada, ¿entonces quién lo será?" Santa Isabel Ana Seton
Con el paso de los años, Isabel dormía con un pequeño crucifijo bajo la almohada y una pequeña imagen de la Virgen cerca del corazón. Ambas le ayudaban a sentir la cercanía de sus dos amores más queridos. Recordaba a las mujeres de su congregación que María era "la primera Hermana de la Caridad" y las instaba a invocarla en el ejercicio de su vocación. En la pequeña capilla de Emmitsburg, colgó una imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, y para su devoción personal, compuso su propia Memorare, siguiendo el modelo de San Bernardo.
Isabel creía firmemente que "La gloria de la Iglesia católica es cantar las alabanzas de María". Y del mismo modo que exhortaba a sus Hermanas a cantar esas alabanzas, nos exhorta a nosotros a hacer lo mismo. Por muy grande que sea la cruz que carguemos, por muy solos o alejados de Dios que creamos estar, nuestra Madre María está a nuestro ladoElla es nuestra más fiel intercesora, y todos los que se duermen llorando sobre su pecho, como Isabel, se despiertan con la esperanza renovada. Ella es nuestra más fiel intercesora, y todos los que se duermen, llorando sobre su pecho, como Isabel, se despertarán con la esperanza renovada.
María en tu vida
A algunas personas les cuesta aceptar la doctrina de la Iglesia sobre María, temiendo quizá que pueda alejarnos de nuestra relación con Cristo. Pero recuerda, Dios eligió trabajar a través de María. ¿Por qué iba a dejar de hacerlo? La persona más cercana a Jesús durante su vida en la tierra fue su madre María. Imagina lo que podemos aprender de ella:
- Perspectivas íntimas sobre Jesús
- Su sí incondicional
- Su fe inquebrantable en Dios
- La manera en que meditaba sobre las circunstancias de su propia vida para discernir cómo Dios estaba obrando y a qué la estaba llamando...
- Su valentía ante un sufrimiento increíble, caminando con su Hijo hasta la Cruz
Elige una manera de aprender del ejemplo de María:
- Reza el Rosario, pidiéndole que te ayude a comprender los momentos clave de la vida de Jesús.
- Pide ayuda para llevar tus cruces reflexionando sobre los Siete Dolores de María
Modela a María rezándole Memorare (véase más abajo) - Busca una obra de arte que represente a María con la que te sientas identificada y guárdala donde puedas verla a menudo.
En palabras de la Madre Seton
"El otro día, en un momento de excesiva angustia... toda mi Alma deseaba sólo a Dios. Estaba sobre la mesa un librito de oraciones de la señora Filicchi. Abrí una pequeña oración (el Memorare) de San Bernardo a la Santísima Virgen, rogándole que fuera nuestra Madre. Se lo dije con tal certeza que Dios seguramente no le negaría nada a su Madre, y que no podía dejar de amar y compadecer a las pobres Almas por las que él murió... Sentí realmente que tenía una Madre que... mi insensato corazón lamentaba tan a menudo haber perdido en los primeros tiempos. Desde el primer recuerdo de la infancia, he buscado en todos los juegos de la niñez y la locura de la juventud a mi Madre en las nubes. En aquel momento me pareció haber encontrado algo más que su ternura y piedad de Madre. Entonces lloré hasta dormirme sobre su corazón".
- Elizabeth Seton, Diario de Rebecca Seton, Entrada del 24 de febrero de 1804
Santa Isabel Ana Seton
MEMORARE
Recuerda, oh piadosísima Virgen María,
Que nadie haya recurrido a ti,
Implorado su ayuda o buscado su mediación,
Sin obtener alivio.
Confiando entonces en tu bondad y misericordia,
Me arrojo a tus sagrados pies,
Y te suplico muy humildemente,
Oh, Madre del Verbo Eterno,
Para adoptarme como tu hijo y tomar sobre ti
El cuidado de mi salvación eterna.
Oh, que no se diga, mi querida Madre,
Que he perecido, donde nadie encontró sino gracia y
Salvación Eterna. ¡Ámame, Madre mía!
Preguntas para la reflexión
¿Recurro a María en busca de ayuda y consuelo en mis propias dificultades? ¿Por qué sí o por qué no? ¿En qué aspectos de mi vida puedo pedirle ayuda?
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Estas reflexiones se basan en 15 días de oración con Santa Isabel Ana Seton por Betty Ann McNeil, D.C.