A riesgo de parecer una "anciana" oficial, diré que tengo edad suficiente para recordar la vida antes de los teléfonos inteligentes e Internet. En mi primer trabajo a tiempo completo después de la universidad, recuerdo escuchar a una compañera de trabajo describir la experiencia de su familia con el acceso a Internet en casa. Escuché su descripción, pero seguía sin entender qué era exactamente eso de "Internet".
"¿Para qué lo vas a utilizar?" Recuerdo que le pregunté.
"Todavía no estoy segura", respondió ella.
Pues bien, en el poco tiempo que ha transcurrido desde aquella conversación, el mundo ha seguido encontrando muchos usos para Internet. Para bien o para mal, Internet ha cambiado nuestra forma de trabajar, aprender, comprar y relacionarnos con los demás. Aunque a veces todavía siento nostalgia de las cartas escritas a mano y los teléfonos de disco pegados a la pared, tengo que admitir que la tecnología moderna ha mejorado mi vida considerablemente.
Cuando era pequeño, hojeaba las páginas de los volúmenes que formaban la colección de la Enciclopedia Británica de mis padres y me maravillaba de la riqueza de información que contenían.
A menudo me pregunto si mis hijos, y otras personas que nunca han conocido un mundo sin Internet, pueden apreciar plenamente lo poderoso que es tener acceso a tanta información al alcance de la mano.
Pero ¿sabía que el concepto moderno de algo como una enciclopedia o Internet como fuente de información global tiene sus raíces en la historia católica antigua? El 4 de abril celebramos la festividad de San Isidoro de Sevilla, nacido en el año 560 d.C., Doctor de la Iglesia y al que a veces se llama "el último erudito del mundo antiguo".
San Isidoro fue el primer cristiano que intentó crear una compilación de todo el saber conocido por el hombre, obra conocida como el Etymologiae. Su libro incluía no sólo resúmenes y compendios de obras e información religiosas, sino también conocimientos profanos. Como tal, la "Etymologiae" de Isidoro -la realización de la vida- se considera precursora de compilaciones más modernas como las enciclopedias e Internet. Por este motivo, el Papa Juan Pablo II nombró a Isidoro patrón de Internet y, en un Audiencia general de 2008El Papa Benedicto XVI dijo de San Isidoro:
"La riqueza de conocimientos culturales que Isidoro había asimilado le permitía comparar constantemente la novedad cristiana con la herencia cultural grecorromana, sin embargo, más que el precioso don de la síntesis parecería que poseía el don de la collatio, es decir, del coleccionismo."
Recopilar, preservar y organizar el conocimiento general es una parte esencial de la educación, y St. Etymologiae influyó en generaciones de eruditos desde la Edad Media hasta el Renacimiento. Santa Isabel Ana Seton seguramente habría apreciado el compromiso de esta gran santa con la preservación del conocimiento con el objetivo de educar a las generaciones futuras.
La educación era una causa muy cercana al corazón de la Madre Seton. A lo largo de su relativamente breve vida, se dedicó a facilitar el acceso a la educación a quienes más se consideraban indignos de ella: las jóvenes pobres que tenían pocas opciones de triunfar en el mundo. La escuela que fundó, St. Joseph's Academy and Free School, que acogía a niñas pobres y les ofrecía educación gratuita, fue la primera de su clase en Estados Unidos. La St. Joseph's Academy ayudó a inspirar lo que se convertiría en el sistema estadounidense de educación católica, que hoy atiende a más de 2 millones de estudiantes, muchos de ellos procedentes de familias desfavorecidas.
Aunque mis padres se deshicieron hace tiempo de su colección de enciclopedias, hace poco descubrí que la Enciclopedia Británica sobrevive hasta nuestros días en forma de sitio web en lugar de volúmenes de libros. Me interesó leer la descripción que hace de San Isidoro. Etymologiae: "una enciclopedia de temas humanos y divinos, fue uno de los principales hitos de la glosografía (la compilación de glosarios) y fue durante muchos siglos uno de los libros de referencia más importantes".
También disfruté leyendo la entrada de Santa Isabel Ana Seton que afirma que "la Madre Seton y las hermanas trasladaron su hogar y su escuela a Emmitsburg, Maryland, donde proporcionaron educación gratuita a las niñas pobres de la parroquia, un acto que más tarde muchos consideraron el comienzo de la educación parroquial católica en Estados Unidos".
A lo largo de la historia, la Iglesia católica y muchos de sus grandes santos han sido innovadores en el campo de la educación, especialmente como acto de servicio a los pobres y marginados. Muchas de las escuelas católicas estadounidenses que funcionan hoy en día están patrocinadas por diócesis o fueron fundadas por órdenes religiosas dedicadas a ofrecer oportunidades a los niños que viven en la pobreza.
Mientras la Iglesia continúa hoy la vital labor de la educación, y mientras los padres se dedican a educar a sus hijos en cuestiones de fe, podemos pedir la intercesión de estos dos grandes santos:
San Isidro de Sevilla y Santa Isabel Ana Seton, pioneros en el campo de la educación, ¡rueguen por nosotros!
DANIELLE BEAN es escritora y popular conferenciante sobre la vida familiar católica, la paternidad, el matrimonio y la espiritualidad de la maternidad. Fue editora y redactora jefe de Catholic Digest, y es autora de muchos libros para mujeres, entre ellos Momnipotente, ¡Tú lo vales! y Tú eres suficiente. También es creadora y presentadora del podcast Girlfriends. Más información en DanielleBean.com.
Esta reflexión se publicó anteriormente. Para leer todas nuestras reflexiones sobre Seton, haga clic en aquí.
Imagen: Dominio público