Dado que tantos santos conocidos vivieron hace mucho tiempo y en lugares lejanos, a veces puede resultar tentador pensar que son de alguna manera sobrehumanos. Estos hombres y mujeres santos no son como nosotros, podríamos creer, y sus vidas de santidad tienen poco que ver con los retos a los que nos enfrentamos en el mundo de hoy.
Pero creer esto es peligroso. La santidad es para todos; todos estamos llamados a ser santos. Por eso me encanta la historia del beato Carlo Acutis, que nació en 1991, murió en 2006 y fue beatificado en 2020. Me maravilló la foto que vi en un periódico de la madre de Carlo posando ante su tumba, abierta a la veneración pública en los días previos a su beatificación. Un santo que era noticia.
Carlo Acutis nació el 3 de mayo de 1991 en Londres, Inglaterra, de padres católicos devotos. Su familia se trasladó pronto a Milán (Italia), donde Carlo pasó la mayor parte de su vida. Desde muy pequeño, Carlo mostró una extraordinaria devoción a la Eucaristía y un profundo amor a la Virgen María. Asistía diariamente a misa y tenía un profundo conocimiento de la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía, a la que se refería como "mi autopista al cielo".
Además de su fe, Carlo tenía un gran interés por la tecnología y la programación informática. Utilizó sus habilidades para crear un sitio web que catalogaba milagros eucarísticos de todo el mundo, un testimonio de su deseo de compartir su fe con el mundo.
A pesar de su notable piedad, Carlo era un adolescente corriente en muchos aspectos. Le gustaba jugar al fútbol, escuchar música y pasar tiempo con sus amigos. Sin embargo, su vida dio un giro radical cuando le diagnosticaron leucemia a los 15 años. A lo largo de su enfermedad, Carlo se mantuvo extraordinariamente fuerte, ofreciendo su sufrimiento a Dios y sacando fuerzas de la Eucaristía. Murió el 12 de octubre de 2006, a la edad de 15 años. Su vida, aunque breve, dejó una huella indeleble en quienes le conocieron y en innumerables personas que desde entonces han conocido su historia.
Con su capacidad única para tender puentes entre lo sagrado y lo cotidiano, la vida de Carlo resuena con el mensaje intemporal de fe y devoción ejemplificado por Santa Elizabeth Ann Seton. Estas dos figuras, aunque separadas por el tiempo y la cultura, están unidas por una fe inquebrantable y un profundo amor a la Iglesia.
Santa Isabel Ana Seton, nacida en 1774, vivió en una época y un lugar muy diferentes a los de Carlo Acutis. Fue una mujer americana que experimentó los retos y dificultades de su época. A pesar de sus diferencias, las vidas de Carlo e Isabel Seton están interconectadas por su fe inquebrantable y su dedicación a la Iglesia.
Tanto el Beato Carlo Acutis como Santa Isabel Ana Seton compartían un profundo amor por la Eucaristía.
Para Carlo, la Eucaristía era el centro de su vida y la fuente de su fuerza espiritual. Creía que la Eucaristía era su "autopista al cielo" y que podía llevar a otros también a Cristo.
Isabel también sentía una profunda devoción por la Eucaristía. Tras su conversión al catolicismo, recibió el sacramento con profunda reverencia y asistía regularmente a misa. Después de su primera comunión, Isabel escribió en su diario: "Por fin DIOS ES MÍO y YO SOY SUYA".
Carlo Acutis utilizó sus conocimientos técnicos para crear un sitio web que catalogaba los milagros eucarísticos. De este modo, llegó a un público mundial y compartió la belleza y la maravilla de la Eucaristía con innumerables personas.
Del mismo modo, Santa Isabel Ana dedicó su vida a educar y catequizar a los jóvenes. Su compromiso con la difusión de la fe católica a través de la educación allanó el camino para que innumerables personas conocieran a Cristo.
Tanto Carlo como Isabel se enfrentaron a importantes retos y sufrimientos en sus vidas.
La batalla de Carlo contra la leucemia fue una fuente de inmenso dolor físico y emocional, pero la afrontó con fe y ofreció su sufrimiento a Dios.
Isabel sufrió la pérdida de su marido y tuvo que hacer frente a dificultades económicas. A pesar de todo, su fe permaneció inquebrantable y confió en la providencia de Dios. Los ejemplos de estas dos santas nos recuerdan que la fe puede sostenernos, incluso en los momentos más oscuros.
Mientras afrontamos hoy nuestros propios retos, podemos inspirarnos en estos dos santos y esforzarnos por vivir nuestra fe con el mismo celo y dedicación.
En un mundo cada vez más dominado por la tecnología, el Beato Carlo Acutis nos muestra que podemos utilizar las herramientas modernas para mayor gloria de Dios, mientras que Santa Isabel Ana Seton nos recuerda que la fe, la educación y la perseverancia pueden superar cualquier obstáculo.
Juntas, sus vidas nos enseñan que la santidad es alcanzable para todos, independientemente de la época en que vivamos. Que sus ejemplos nos sigan inspirando para emular su devoción y amor a Dios y a su Iglesia.
DANIELLE BEAN es escritora y popular conferenciante sobre la vida familiar católica, la paternidad, el matrimonio y la espiritualidad de la maternidad. Fue editora y redactora jefe de Catholic Digest, y es autora de varios libros para mujeres, entre ellos Momnipotente, ¡Tú lo vales! y su libro más reciente, Tú eres suficiente. También es creadora y presentadora del podcast Girlfriends. Más información en DanielleBean.com.
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